AMIGOS

17 diciembre, 2006

FINAL DE UN AÑO------2006





El acontecimiento más importante de este año, para mi familia, ha sido el enlace matrimonial de la menor de mis diez hijos. Recibió el Sacramento en la capilla del colegio del Pilar. Derecho adquirido por ser su padre antiguo alumno del mismo; lo que no quiere decir nada, ya que de él también salieron numerosos y destacados políticos, incluso ministros, de no muy buena catadura, es decir, sociatas, agnósticos y revolucionarios. No pretendo relatar su boda porque, a mi juicio, todas guardan una cierta semejanza y sólo se diferencian por el valor intrínsico propio de cada familia. Con la salvedad claro está, de una mayor o menor ostententación que no incide, por supuesto, en la felicidad de ninguna pareja.

Mi propósito al mencionar este feliz suceso unicamente es el de despedir, con el año 2006,mi concluida función materna. Sé bien que ha de persistir hasta el fin de mis días, incluso aún más allá donde, con ansiedad espero, me salga mejor que en este plano terrenal tan repleto de carencias por mi parte. Pero en adelante todo será mucho más fácil y reconfortante. Yo estoy fuera y nadie se ve obligado a obedecerme ( tampoco es que hasta ahora lo hicieran en exceso), con lo que ese complejo binomio madre-hijos se ha de resolver de forma mucho más amable y llevadera para todos. Es un alivio descubrir que su felicidad no depende de una ecuación de dos incognitas que se resuelve con lo que a mí me parezca bien o mal. Son ellos los que eligen, yo sólo observo y no estoy obligada a aprobar o desaprobar. No quiero decir con esto que me desentienda, eso nunca, el amor y el dolor siguen vivos en mi corazón. Incluso me atrevo a decir que, a medida que avanzo en la vida,esos dos inseparables sentimientos hacia ellos y hacia el resto del mundo.se han adueñado de todo mi existir.
He alcanzado la última fase de aquella oración que ignoro a quien pertenece y que mi hermana bordó a punto de cruz para mí:

Señor:
Concedeme vida para ver crecer a mis hijos.
Paciencia y Sabiduría para enseñarles.
Amor para guardarlos hasta su destino.
Valor para aceptar lo que ellos elijan.

Valor, Señor, valor para un ¡Feliz año 2007!

PD/ El paisaje es el cuadro, Crepúsculo en Venecia, de Monet, que mi hija pidió a su padre como regalo de boda; una copia, ¡se entiende!.

25 noviembre, 2006

EPÍLOGO a "UN AMIGO COMO AQUEL"


http://es.youtube.com/watch?v=23iGLfIEzoc


Cuando regresamos a Madrid, pasados quince años, quise enfrentar ese dolor enquistado.Decidí visitar a Carmen su querida madre. Y hablando con ella, pude comprobar como su pena se aliviaba a medida que me relataba los últimos días del hijo.








Reanudó la vida con sus padres y poco a poco parecía que su destino tomaba mejores derroteros. Se transformó en su inseparable acompañante. Con ella recuperó la Misa e incluso, unos días antes del trágico accidente, accediendo a la súplica materna se hincó de rodillas ante un confesionario y recibió la abandonada Comunión. ¿Presagio?.





Su coche recién comprado, que la imaginación y el recuerdo de las noches en nuestro balcón pintán de rojo, terminó sus días y los de mi amigo contra un enorme camión. Sin que nadie pudiera discernir culpabilidades.


Incapaz soy de transcribir la emoción y el sobresalto que me ocasionaron aquellas palabras de Carmen. Desvelaron para mí el final de una auténtica amistad. Pensé y continuo pensando en esa misericordia de un Padre que sale al encuentro de sus hijos alejados, para atraerlos a su lado antes de la última partida. Y continué rezando el Avemaría, pactada entre los dos. durante muchos años más. No recuerdo cuando la abandoné. Quizás, cuando empecé a sentir la necesidad de que fuese él quien rezara por mí.


Muchas hojas de calendario y de árboles a mi alrededor, desde que ocurrieron estos hechos y sin embargo, aun me entretengo en imaginar que, apoyado en una barandilla celestial, Julio sigue manteniendo conmigo esa amistad que nunca debió quebrarse. Continua siendo mi amigo, el primero que tuve y al que hoy relataría historias bien dispares a las de aquella inocente colegiala. De todas formas, ¡necia de mí! que, totalmente ensimismada en mis primeras experiencias amorosas, no supe comprender que lo que comenzó como una verdadera amistad con aquellas confidencias nocturnas se transformaría, sin yo quererlo, en algo que trastornaría su vida, ocasionándole un dolor que con toda mi alma hubiese deseado evitarle.





Y de qué manera necesitaría ahora un balcón a la calle O'Donnell desierta, en una noche llena de estrellas y un amigo cómo aquel que me devolviera la identidad de mis quince años.

24 noviembre, 2006

UN AMIGO COMO AQUEL --- II


El balcón de la amistad
poco antes de ser dinamitado


El balcón del Director quedaba separado del nuestro por una simple barandilla . Cada noche yo, que venía de aquel interior de Jorge Juan sin horizonte alguno, me dejaba seducir por ese gran misterio del silencio nocturno que palpitaba en la calle O`Donnell, años cincuenta, por donde no circulaban coches y sí rutilantes estrellas. A poco de iniciar aquella costumbre, Julio, el que sería mi gran amigo, comenzó también a salir al balcón y, apoyados en tan frágil soporte ferroso, fuimos fraguando una amistad sincera. Amistad que por mi parte nunca hubiera roto.
Largas y del todo desiguales eran nuestras conversaciones. Mientras yo sólo podía contarle nimiedades de colegiala: compañeras, monjas, malas notas... , él, mayor en experiecia y años, me relataba sus aventuras amorosas. Siendo más bien feo y más bien bajo, estaba dotado de una simpatía y alegría contagiosas que le beneficiaban, de manera patente, con las chicas (hoy léxicamente igual a tías). Sus andanzas no dejaban de escandalizarme pero al mismo tiempo, impaciente aguardaba sus confidencias. Con el afán de convertirle un día, trascendental en nuestra relación de balcón a balcón, le propuse me acompañara el domingo a Misa. Ya no cumplía con ese precepto desde tiempo atrás y fue su respuesta, retardada y sincera:
_. Cómo lo siento, precisamente este fin de semana voy a la sierra con esa medio novia de la que te he hablado. Y creo lo pasaré a lo grande.
Mi reacción airada: _. ¿Sabes lo que te digo?, voy a rezar para que se te estropee tan grandioso plan,
LLegó el domingo y con él la grata sorpresa de encontrarle en la iglesia muy sonriente. ._¿Qué haces aquí?. Y su respuesta arrancó de mí una silenciosa carcajada: _Se nota que cumpliste tu promesa de rezar. Nada más llegar a la sierra mi acompañante resbaló, se rompió una pierna y tuvimos que regresar inmediatamente a Madrid.
Pasado el tiempo, calculo unos dos años, decidió prepararse para militar en un internado. Nuestra despedida fue una promesa mutua: rezaríamos cada noche un Avemería uno por el otro. Por mi parte lo cumplí mucho más allá de su trágica muerte.
Coincidiendo con la ausencia de mi amigo Julio, conocí al segundo Julio de mi vida que de inmediato pasó a convertirse en el primero. Polo opuesto en todo al ausente, caí como cae el fruto rojo del guindo y las hojas amarillas del otoño. No volví al balcón, ni a encontrarme a solas con Julio. Hasta aquel día de Reyes y de mi primer "guateque", recien cumplidos los diecisiete.
Por el Paseo de Ronda de los altos árboles que desapareció, como la mayoría de los lugares queridos de mi adolescencia, para transformarse en el Doctor Esquerdo de las sirenas, atascos y topetazos,caminaba con mis hermanos y el grupo de amigos cuando Julio,que disfrutaba de sus vacaciones navideñas, me apartó ligeramente del resto para contarme lo que había sido su vida durante los meses que llevábamos sin vernos: esfuerzos de superación personal, ilusiones y proyectos de futuro comenzaban a ser una meta para él que nunca tuvo otra preocupación que la de un atolondrado presente. Sus ojos brillaban y yo me sentía feliz de participar en el gran cambio de mi amigo. Sin embargo, el cariz que fueron tomando sus palabras sembró en mí una inquietud creciente.
._¿Te das cuenta?, ya voy a tener algo que ofrecer a la que sea mi mujer. En ese instante, por su entonación y su mirada,intuí lo que vendría después. Mi corazón destrozado, no tanto como el suyo cuando concluyó confesando que todo aquello lo estaba haciendo sólo por mí. Enamorada ya de otro Julio, ¡qué dolorosa mi respuesta!, para él y para mí. LLoraba con el rostro enrojecido. Para suavizar la situación formulé una estúpida pregunta: ._ ¿Por qué no me lo dijiste antes?. Truncada su voz, escuché una agria respuesta: ¿Cómo podía yo, con lo desastre que era, decir a Goyo que quería salir con su hija?. Qué pena sentí y que pena siento al recordarlo. Julio tenía una gran capacidad de reacción y, mientras recomponía su desencajado rostro y sus lágrimas retornaban al lagrimal, comprendí que no tardaría en torcer su rumbo. Nada más llegar al lugar donde se celebraría el "guateque", fueron confirmados mis temores. Se emparejó con la más liberal de mis amigas dándose, como decíamos, "el lote" con ella sin el menor recato.
Abandonó sus estudios y no tardó en emigrar a Londres. Trabajó y se casó con una inglesa. Tuvieron un hijo pero Julio bebía en exceso y no tardaron en divorciarse. A penas tuve noticias suyas. Yo inicié mi vida de casada en otra ciudad. Nuestras familias se distanciaron en amistad y domicilio. Por amigos comunes pude enterarme de algunos sucesos de aquellos vecinos que tanto signuficaron para nosotros, al menos para mí ,y a los que quise de verdad con ingenuidad quinceañera. Con suma tristeza conocí, a destiempo y en la lejanía de nuestro destino gaditano que Julio, mi amigo, había muerto tragicamente en accidente de automóvil.

19 noviembre, 2006

Paloma

Paloma a la derecha


Hay personas que pasan por la vida como de puntillas, sin hacer ruido pero que dejan un poso imposible de obviar. He conocido personalmente a algunas y la más reciente a penas hace un mes que nos dejó. Las heridas que su marcha ha abierto en quienes la conocimos están aún
demasiado sangrantes para hablar de ellas, por eso sólo quiero esbozar un recuerdo de esta amiga, que lo era de todo el que tenía algún trato con ella, por mínimo que fuera. Nadie pasaba a su lado sin llevarse algo de Paloma, quizás por eso, su vida se gastó tan pronto. Treinta y siete años de entrega a los demás, de sinceridad consigo misma y con todos, de decir lo que ella sentía que tenía que decir a cada uno, sin paliativos pero a la vez sin agravios, son suficientes para en este mundo, de hipocresias e intereses personales, zanjar padecimientos y comenzar una nueva Vida.
La muerte no acaba con el amor y lo derramó tan a raudales mientra estuvo con nosotros que justo es, ese mismo amor revierta ahora en ella. La realidad no deja de ser cruda, se ha ido por una enfermedad cruel que galopa más aprisa en un cuerpo joven, mas su presencia se percibe, de manera palpable, en este aire de utoño que ventea los días madrileños y en las gotas sonoras y pesadas que cayeron sin tregua el día que la dijimos adiós.
Lo dio todo con una sonrisa y poco supimos de sus sufrimientos porque nunca quiso dejar caer esa carga sobre otros hombros que no fueran los suyos. Aun así pensamos que fue feliz, porque la felicidad es tanto una elección del intelecto, como un acto de la voluntad. La felicidad no está sujeta, como normalmente se piensa, a agentes externos (esto tengo, esto me dan o esto me hacen los demás) sino que es el resultado de una aceptación interna, que no resignación. Querer ser feliz

No podemos saber que sensaciones revoloteaban por la cabeza de Paloma cuando, al hacer los preparativos para su último imgreso en la clínica, dijo a su madre como una salida más de las suyas: "Parece que estemos preparando todo para el Cielo". Estas palabras tienen un gran valor tetimonial porque fueron pronunciadas por una persona que nunca alardeó de religiosidad.Tu ausencia, Paloma, siempre será presencia para nosotros

16 noviembre, 2006

Fotos en Noray-----Agosto 2006



Raquel, Julio hijo, Ines y Julio padre





Sara,mi nuera Ines,Esther,su marido Gonzalo y Tamara
UN 5 DE AGOSTO RELAJANTE


JUEGOS EN EL AGUA

NIETO INGLÉS DEL ATLETI

11 noviembre, 2006

UN AMIGO COMO AQUEL - I

La Familia en O`Donnell

La bici de Ana----
El mejor amigo que he tenido también se llamaba Julio. Debía andar yo por los quince años cuando le conocí.
Por entonces abandonamos nuestra pequeña casa de la calle Jorge Juan, que se transformaría en la prestigiosa academia de mi padre. Por la Universidad Central no tardaría en circular un trucado refrán. "El muerto al hollo y el vivo al Goyo". Goyo era mi padre y el hollo los suspensos que repartía Castañeda en Teoría Económica. La nueva vivienda, luminosa y espaciosa, estaba situada en O^Donnell 52. En ese lugar comenzó para nosotros una nueva existencia, a pesar de las lágrimas de mi madre por aquellas cuatro paredes que fueron su hogar, desde que finalizó la contienda del 36. Nuestros juegos dejaron la plena calle, donde jugábamos los niños de la posguerra; unos con otros ajenos al rencor y las tristezas. Un hermoso patio nos aguardaba con árboles, arbustos y lilas, muchas lilas cuyo aroma en primavera, por las ventanas abiertas de la casa todo lo invadía. Contra uno de aquellos árboles, situado al centro, finalizó para mí el aprendizaje del pedaleo bajo la batuta del primogénito de la familia. Debió de ser éste el único proyecto no conseguido por mi hermano a lo largo de su exitosa vida. La bicicleta era aquella que mi hermana menor obtuvo al módico precio de sentarse cada mañana al borde de la bañera, mientras mi padre se afeitaba: "Quiero una bici, quiero una bici"
La causa de esta mudanza fue el nombramiento de mi padre como Interventor del Instituto de Puericultura e Inclusa de Madrid. Con el cargo le fue otorgada la vivienda. El edificio hoy dinamitado, bien porque ya no se abandonan niños en la Inclusa ( se dejan sin más en cualquier parte o lo que es más triste y cruel se abortan) o bien por ese afan incontenible que seduce a los alcaldes de remozar nuestra localidad, constaba de tres plantas. En la tercera habitaban los dos capellanes del Centro. Y en la segunda, las Hermanas de la caridad o Hijas de San Vicente Paul ( recientemente galardonadas con el premio Príncipe de Asturias) se dedicaban a enseñar canto, solfeo y piano a aquellas alumnas mejor dotadas para este arte. En el segundo piso, en la puerta junto a la nuestra, vivía el Director con su entrañable familia. Su mujer Carmen, afable y cariñosa nos presentó a sus tres hijos varones y enseguida congeniamos con ellos: Luis, altísimo, rubísimo y guapísimo. Julio alegre, simpático y juerguista por naturaleza y el más pequeño, Ignacio, parecido al mayor pero no tan´"ísimo".
Comencé, por entonces, a experimentar aquello de :"Me gusta un chico". Hoy las expresiones al respecto, son bastante más crudas y ajustadas a la realidad. Cuando me cruzaba con él por las escaleras o en la puerta de casa, ¡qué desconocida forma de latir mi corazón!. Desgraciadamente para mí, Luis, tenía novia formal con la que contraería matrimonio varios años antes que yo. Pero ¡cómo le sentaba el uniforme de la Milicia Universitaria!. Con esa visión me conformaba. Me enseñó el himno de la Academia de Infanteria. Mi preferida, como no, de las marchas militares: "De ardor guerrero, vibren nuestras voces. Y de amor patrio, henchido el corazón..." . No estoy segura si el ardor que sentía era propiamente guerrero. Algunas veces, cuando me encontraba en el portal, colocaba sobre mi cabeza su gorra y decía: "A sus órdenes, mi sargenta". Estaba claro que para él yo sólo era una cría.
¡Maravillosos quince años!. Rondaban mi cabeza problemas vocacionales y, a pesar de los amigos de mis hermanos, los chicos me traían sin cuidado. Por eso Luis fue una auténtica revolución interior. Y llegado este momento quiero hacer una revelación trascendental: gustar, lo que se dice gustar, unicamente tres en mi vida, Luis, Julio II que sería mi marido y un compañero de carrera de nombre Fernando, moreno, canario alto, guapo y siempre riente. Una amiga y compañera se encargó de auyentarle con una frase tan anodina como la sigiente: "No la llames que tiene novio formal". Quizás escriba de él algun día aunque su historia fue mínima.
CONTINUARÁ...

03 noviembre, 2006

INTERVALO


ANOCHECER EN NORAY






Las vacaciones y algunos problemas técnicos han impedido mi comunicación contigo, Noray.

¡Vacaciones!, eso dicen, aunque sea la época más trabajada para las que, a los ojos de la sociedad, no trabajamos. Y lo digo sin acritud. Borra, borra… Estas palabras me recuerdan a aquel que las hizo famosas. ¿Memorizas?. Claro que él no pronunciaba la d final. Atributo éste privativo de los que en la actualidad pertenecen a ese engendro político, conocido como Realidad Nacional. Para más datos, precursor del que se define como el del Talante.
Mis días de verano siempre se desarrollan en el mismo lugar, en la casa de campo que también bauticé con este nombre: Noray. Allí, entre los montes de Guadalajara, acuden amorosamente, como a la madriguera, los hijos desperdigados por los fríos del invierno. Hijos con hijos, claro. Para cualquier madre de familia numerosa, volver a sentir la casa llena supone una renovación; juventud y dicha nuevas. Pero sólo los pájaros y yo somos dueños absolutos de las amanecidas, que escribo en femenino por aquello de los grandes y aparentes logros de este siglo.
Un propósito escondí este año en las maletas, no en las de la ropa sino en la de los libros. , la firme decisión de expugnar (cómo decía mi madre, cuando con la interna de turno, empleaban sus horas seleccionando las legumbres de la posguerra. Es una imagen que enlazo siempre con mi primera infancia) entre algunos de los recortes de periódicos coleccionados; de manera personal que no guarda relación alguna con los más destacados o representativos de la vida nacional ni internacional. Pero son los míos y, con todo respeto a los derechos de autor, más de mi propiedad que la mente o la mano que los transcribió al papel.
Cuando las golondrinas, que este año decidieron establecer su nido entre las persianas de bambú que sombrean el porche, dejaron su impronta blanquecina sobre los papeles que la noche anterior abandoné en la mesa de los desayunos, descubrí que ellas caprichosamente habían elegido por mí.
¡Y qué acierto!. Miguel de Unamuno, pensador y creador de vidas intensas y controvertidas; de esas que se empeñan en una lucha incesante contra el peor enemigo que puede tenerse: uno mismo. En el artículo a que me refiero, publicado en el suplemento Alfa y Omega (17-7-2003) encontré una imagen del escritor que, vergonzosamente, confieso desconocía.
Su título: País, paisaje y paisanaje. Extraído del periódico AHORA, ( 22 de Agosto de 1933). Posteriormente pasaría a formar parte de su libro: PAISAJES DEL ALMA.

…..Soy español, español de nacimiento. De educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio…
¡Fantástica definición para tan eminente e incomprendido vasco!.


Esa mano tendida al mar poniente que es la tierra de España… Y sobre ella, sobre esa mano, la palma azul de la mano de Dios, el cielo natural…Y esa mano ¿pide u ofrece?...

…Les conozco a esos pobres diablos…Querían convencerse de que eran una especie de arios, de una raza superior y aristocrática. Conozco a más de uno que, en su falta de conocimiento de la lengua diferencial del país nativo, estropeaba adrede la lengua integral del país histórico, de esa patria común que nos sustenta entre Mediterráneo, Atlántico y Cantábrico, a todos los españoles….

Y luego decir que se les oprime, que se les desprecia, que se les veja. Y falsificar la historia y calumniar. Y dar gritos los que no pueden dar palabras…
Lo que no pudo saber Unamuno en el año 33, es como esos mismos seguirían enredando y matando hasta conseguir que un gobierno, de esa España que el amaba con pasión, les tendiera una mano llena de concesiones, privilegios y desprecio a sus propias víctimas.

…¿A dónde ha venido a parar la contemplación de la mano de tierra que es España!.. Mano que cogió a América y lengua que le habló en su lengua. Y, desde ambos, otra mano le enseñó su misión, su historia. Por encima de regimenes.

No me importa reconocerlo ese día de verano, cuando las golondrinas, antes de emigrar, marcaron este artículo entre muchos de mi colección, lloré en solitario y en abundancia por esta España que, como Unamuno, siento es mi profesión y oficio.

20 mayo, 2006

NORAY


¡Noray!. Siempre me ha fascinado este elemento portuario, firme y rudimentario que sirve de amarre a los barcos y que la tecnología avanzada de nuestros día no ha sido capaz aún de jubilar.
¡España de mis amores!, quién pudiera encontrar el más firme noray donde amarrar la indivisible unidad de nuestra Patria.

Cuando niña, mi padre me llevaba de su mano, cada 1 de Abril,
a presenciar aquellos desfiles inolvidables, de primaveras que volvían a reir en rojo y gualda; como los colores de la Bandera que todos, todos veneraban y vitoreaban.
No queremos estar anclados en el pasado pero cuando vemos lo que tratan de hacerte,Patria nuestra, sentimos la añoranza de aquella seguridad de un territorio común a todos los españoles,. regido por leyes justas que respeten la Ley Natural, inscrita por Dios en lo más hondo del alma humana.

La lengua española,la misma que navegó en las naves de Colón para ser aprendida, más que ninguna otra, por las bocas de un Nuevo Mundo, debe a su gran forjador, Nebrija, estas palabras:

"Los miembros y pedazos de España que estaban por muchas partes derramados se redujeron y ajuntaron en un cuerpo y unidad de reino. La forma y trabazón del cual así está ordenada que muchos siglos, injuria y tiempos no la podrán romper ni desatar".
Escribió esto Nebrija poco después de la reconquista de Granada. Precisamente cuando finalizó el peligro musulman no sólo para España sino también para el resto de Europa.

¡Qué extraño tu destino, España!, parece que algunos quieren hacernos retroceder siglos y olvidar lo que tanta lucha y sangre costó a nuestros antepasados. ¿En qué manos te hemos abandonado que no tiemblan, al injuriar una Constitución y desmembrar esa unidad que hizo de tí un Imperio donde no se ponía el sol?.
Pero hay esperanza, ya empezamos a oir muchos ¡Viva España!, aunque sólo sea en Internet

el sentimiento de Dios


"Lo malo de la vejez es, que se es jóven"
El retrato de Dorian Gray
Al cabo de los años he reflexionado con calma a cerca del sentimiento de Dios. Las conclusiones a las que voy llegando, inacabables por supuesto, son: por un lado, la gratuidad y por otro, la donación personal e intransferible;algo que no todos pueden experimentar.
Estas consideraciones vienen a dar al traste con mis suposiciones anteriores, cuando achacaba la ausencia de esa certera percepción divina, a una culpabilidad personal. Cuando hablo de la ausencia de sentimiento, no me estoy refiriendo a periodos de crisis, más o menos largos, de sequedad espiritual. Pasar tales crisis, supone ya un sentimiento de Dios, en el que estas llorando su ausencia.
Debo reconocer que la mayoría de los enfrentamientos con algunos de mis hijos han sido culpa mía, por deducir, erróneamente, que el hecho de no compartir mis ideas lo originaba un mal comportamiento o su propia indiferencia.
Un principio de madurez me lleva hoy a confesar mi equivocación.
Dios da lo que quiere, a quien quiere y en la medida y manera que quiere. Sin que esto suponga ningún grado de preferencia, ni diferencia de clases,ni de amor. Simplemente, en su infinitud, reparte sus dones según sus deseos. Por eso, a la hora de rendir cuentas, a la hora de la Justicia, será la gran sorpresa porque también recogerá resultados según sus deseos.
Es este un don que no depende, ni siquiera, de nuestra correspondencia. Puede que ella influya en el aumento o disminución de ese conocimiento de Dios. Pero inicialmente lo posees o no por pura decisión divina. Es una gracia y al mismo tiempo una carga porque te impide hasta pensar en hacer algo gustoso que contrarie ese hondo sentimiento que, sin tú solicitarlo, llevas dentro de tí. Por otro lado, el hecho de poseer esa intuitiva percepción de Dios, ni siquiera es garantía de salvación.
Cuando hablo de sentimiento, no me refiero a un sentir sensiblemente, sino al conocimiento de una realidad palpable, incoada en el fondo del alma y del vivir que tu llamas Dios y que es Dios.
Admito que puedo estar equivocada, nadie me ha confirmado que lo que ahora pienso a cerca de esto sea la verdad, Simplemente lo he deducido por mi propia experiencia y por detectarlo, a lo largo de la vida, en otras personas.
Y, para terminar esta disertación filosofo - teológica, quiero añadir que, sobre todo, es una Gracia. No hay nada comparable a esa certeza de que,pase lo que pase, estés donde estés, te digan lo que te digan, te hagan lo que te hagan e incluso, hagas tú lo que hagas esa Presencia, aunque te rodee la soledad, nunca te deja sola.

18 marzo, 2006

Cuadernos



He estado buceando en los cajones del tiempo y he vuelto a tropezar con los cuadernos de la infancia y de la juventud. Ellos siempre han estado ahí, en la espina dorsal de mi vida. Sin embargo yo no sabía cuando comencé a escribir, cuaderno tras cuaderno, que me aferraría a ellos como el náufrago a la tabla.

La única intención, que por entonces guiaba mi mano a tomar lo que a ella llegaba: lápiz, bolígrafo o pluma, era la de dejar constancia de lo que estaba viviendo; no porque fuera muy excepcional, que para mí sí lo era, sino porque entre la escritura y mi yo más existencial, siempre ha existido una atracción tan irremediable, un entendimiento tan perfecto que era a la vez necesidad y exigencia. Si no escribía lo que me estaba sucediendo, si no lo retenía en un fragmento de papel, lo vivido desaparecía de mi propia existencia.
Y ¿ahora?. ¿Por qué vuelvo a ellos?. ¿Qué estoy buscando?. Cada página que pasa por mi retina me traslada al momento exacto en que fue plasmada. Lo veo, lo vuelvo a vivir. Me reconozco más y mejor que en la que, no puedo negarlo,permanece viva en este nuevo siglo. Desconozco la bondad o maldad de este hecho. Simplemente, en el recodo de mi actual deambular, he escuchado una llamada y sucumbido a ella. He vuelto a escribir, o mejor dicho a copiar, para que no desaparezca de mí la vida, sin haberla vivido.

23 febrero, 2006

Una sóla España


Juán Luís Calleja y González-Camino escribió en el diario ABC, el 6 de Enero de 1966, algo tan grandioso que no quiero desaparezca entre los recortes de periódicos almacenados a lo largo de mi vida. Por este motivo me decido, en una noche de desvelo,angustia y temor por los derroteros a que estan conduciendo a nuestra Patria, a transcribirlo porque a pesar de los años transcurridos, es una auténtica profesión de fe y esperanza que todos deberíamos proclamar. al menos quienes creemos en la España que habita en nuestro corazón y que se haya a mil años luz de la que nos estan vendiendo los políticos, tanto del PSOE como del PP.
Y mientras escribo esto me percato de la fecha de hoy:23 de Febrero. todos los canales de televisión emiten, alrededor de este día, alguna efemérides de aquel frustrado golpe de estado que se ha llamado de Tejero, equivocadamente pues este honorable guardia civil no fue quién lo delinió sino sólo el brazo firme y leal que buscaron para iniciarlo y cargar con las consecuencias si aquel fracasaba. Me complace saber que es hoy cuando he tomado la decisión de copiar esta bella oración patriótica, en Democracia sí pero mal dirigida.



"Creo en una sóla España, Madre fecunda, creadora del cielo limpio y la tierra varia, y de todas las Américas de América.Y en un sólo pueblo español, primogénito de todos los hijos de España, nacido de la Madre antes de todos los descubrimientos. Pueblo de pueblos, nación de naciones, verdadero reino de los reinos verdaderos. Engendrado y hecho, consustancial al Mare Nostrum, por el cual fueron hechas Grecia y Roma: cuyas aguas y por nosotros y por nuestra civilización, nos enviaron el Derecho. Y la Cruz. Y, por obra del apóstol Santiago, la Cruz encarnó en Iberia, pagana. Y se hizo España. Y corrieron los tiempos. Y, por nuestras culpas, España fue crucificada, padeció bajo el poder de la media luna y fue sepultada. Y resucitó al octavo siglo según las crónicas. Y subió a las cumbres donde estuvo sentada a la diestra de la gloria. Y, por nuestra desidia, hubo de bajar al suelo y ser juzgada por amigos y enemigos. Y su imperio tuvo fin. Pero no su aliento. Creo en el amor a España, soplo vivificante que procede del honor y va hacia el mañana. Creo en el genio de España, horno de virtudes y redoma de mezquindades; pero creo en España. La cual, junto con sus pueblos, debe ser justamente venerada, respetada y glorificada; que habló por boca de sus ejemplos, calló por dignidad y tiene pedida la palabra. Y creo en Castilla, que es santa, paciente y dolorida. creo en las barras de Cataluña, en las cadenas del rey Sancho y en las Asturias de Santillana. Creo en el león de León y en la granada de Granada. creo en el tañido de Compostola y en las Vascongadas de España. Creo en una sóla España. Creo en la comunión de sus pueblos. Confieso una sóla bandera por símbolo de esta fe y por testigo de la Patria. Y espero la resurrección de los que están muertos a España. Y la vida para todos. El Derecho esté siempre con nosotros. Y en nuestro espíritu.


Juan Luis Calleja era nieto del célebre Saturnino Calleja que con sólo 16 años fundó una de las editoriales más famosas de España, autor de los irrepetibles "Cuentos de Calleja y editor de numerosos textos pedagógicos y para la enseñanza.

26 enero, 2006

CANDELA




Delgada, no a la manera actual, rubia, de pelo fino, rizado y enredado. No era la clásica gallega aunque procedía de Pontevedra. En sus ojos azules, apagados, resultaba imposible leer sus pensamientos. Fuimos grandes amigas pero no de salidas ni paseos. Nuestra amistad revestía un alto grado espiritual.
Cada mañana la esperaba camino del colegio. Y, en este instante, evoco el aire y el aroma de aquellas primaveras. Me veo otra vez de uniforme, apoyada en el mismo árbol de la colonia donde ella vivía. 7,45 de la mañana. La brisa y el sol luminoso compensan con creces el madrugón. El aroma de lilas de un jardín cercano, invade de forma alborotada mis recuerdos.
Nos gustaba llegar a las clases con antelación para hacer gimnasia por nuestra cuenta. Con objeto de que nadie nos viera desde las ventanas que asomaban al recreo, nos colocábamos detrás de la gruta de la Virgen de Lourdes. Alguién nos descubrió e inmediatamente nos condujo hasta la Directora, acusándonos de algo que nuestra mente inocente no podía entender y que con toda seguridad hoy día entenderíamos, dada la publicidad y el viso de naturalidad con que se revisten ese tipo de trasgresiones morales. pero entonces lloramos amargamente, hasta que la madre Superiora quiso conocer la clase de gimnasia que practicábamos. No pudo contener su risa ante nuestras explicaciones y salimos indemnes de tal acusación.
Poco después de este incidente, Candelita, así la llamaba yo, me confió una firme decisión:"En cuanto me autoricen mis padres me voy al noviciado de Sevilla". era de las pocas adolescentes que tenía muy definida su vocación, mientras las demas lucíamos una hermosa cabeza "a pájaros". A mediados de curso abandonó el colegio. oficialmente por motivos desconocidos pero yo intuía la típica reacción de temor paternal ante su deseo de ser monja.
Pasados los años, cuando las lilas volvieron a traerme su imagen, quise acercarme hasta su vivienda y,desde lejos, fui testigo de un total abandono. Ventanas atravesadas por esos maderos con que se clausuraban las casas deshabitadas. Una voz dijo a mi lado que alguna vez aparecía por allí una harapienta mendiga. Abandoné la colonia y los sueños de adolescencia inocentes y alegres. Con el desarraigo de una amistad definitivamente perdida, dirigí mis pasos al autobús que me llevaría al centro de Madrid.
La noche venía fría, a pesar de las lilas. No pude sentarme en el banco de espera porque una mujer dormía en él abrazada a una botella vacía. De pelo rubio, fino, rizado y enredado. ¿Serían sus ojos azules, apagados? Tuve miedo de comprobarlo y subí al autobús con esa pregunta apresada entre mis labios.
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