AMIGOS

23 marzo, 2008

JOSÉ MARÍA LOZANO IRUESTE


Uno de los profesores que recuerdo con más cariño y admiración fue José María Lozano que desdichadamente, me entero ahora, falleció en Junio del 2006. En realidad podía figurar en el apartado de queridos amigos.


Conocí a José María, en la academia de Jorge Juan, como alumno destacado de mi padre. De inmediato se estableció entre ellos una gran amistad que de refilón también recayó en mí.. Contaba ya con la carrera de Derecho, varios idiomas y algún título más. Por sus grandes dotes como estudiante y por la convalidación de asignaturas se licenció en Económicas en breve tiempo. Con tanta celeridad que fue profesor ayudante de Fuentes Quintana en la asignatura de Hacienda Pública, cuando yo comencé a cursarla; lo que he de reconocer me ayudó de manera notable. Pasados unos años obtuvo la cátedra. Siendo autor también de varios libros referentes a Economía como: "Diccionario bilingüe de Economía y Empresa", "El libro de la pipa"(fumador elegante él de la misma), "Introducción a la Teoría del presupuesto"...y etc.


Lozano era de esas personas que por donde pasan van dejando huella y huella indeleble. Su auténtica vocación fue la diplomacia, presentándose con insistencia durante varias convocatorias a una oposición que, por lo que tengo entendido, ha sido suprimida en la actualidad ya que hoy se eligen los diplomáticos, entre otras cualidades, por su afinidad a los distintos gobiernos de la nación. Profesión para la que se encontraba altamente cualificado, no sólo por la brillantez de sus exámenes, sino también por sus grandes dotes innatas.. Al ser rechazado una y otra vez, alguien le recomendó amistosamente que desistiera de su tenaz empeño. ¿La causa?: aquel defecto físico ocasionado por la explosión de una granada en la Guerra Civil. contienda en la que participó como alférez universitario en el ejército nacional. Lo que debería haber sido un mérito en la España franquista, fue el único impedimento para la consecución de sus aspiraciones profesionales. Entregar su mano derecha en defensa de la Patria conllevó así mismo la entrega de sus bien justificadas ilusiones. ¿Extraño que, al rememorar hoy este hecho, sienta idéntico dolor al que sentí cuando él mismo nos lo confió a mi padre y a mí?. Sin duda, tuvo que asumir una de esas injusticias de la vida que de alguna forma deben ser recompensadas más allá de lo terreno.


José María suplía con creces aquella carencia. Más que con el guante que cubría su prótesis, ésta se desvanecía por el encanto y elegancia que toda su persona derrochaba a manos llenas, sí a manos llenas. Su sabiduría, su preparación intelectual, aquel poder de absorción que poseía para captar el interés de cuantos le escuchaban, su chispa irónica... , hacían de su conversación un algo inigualable. Han pasado ya demasiados años y acontecimientos en mi vida y sin embargo, no he encontrado por el mundo persona alguna que le supere en semejantes dotes. El profesor y amigo que yo recuerdo vigente está, con ese bagaje especial, en mi memoria.


Por añadidura, no había en él resentimiento alguno. Transmitía seguridad, optimismo y alegría. Tal vez por eso su mujer, Luz, también era admirable. No terminaría de sumar elogios hacia esta persona querida y añorada. Me retraigo sólo para que nadie piense que lo hago por esa deuda de gratitud contraída con él cuando aprobé, gracias a su colaboración, la asignatura de Hacienda que impartía Fuentes Quintana, el otro "hueso" de Económicas.

3 comentarios:

Daniel Yanez-Gonzalez dijo...

Otra entrada genial. Qué maravilla, de veras. No sólo se deja leer con una suavidad extraordinaria, sino que además le ofrece al lector gratuítamente la sensación de estar aprendiendo algo nuevo sin esforzarse lo más mínimo.
¡La de complejos que crea este blog a todos aquellos escritores sin éxito que lo leen!
Un beso... ¡y no te olvides que hoy es el estreno de Eli en West Side Story! Ya te contaré.
Daniel.

Anónimo dijo...

Hola,

Yo conocí a este hombre gracias "Al Libro de La Pipa",que compré hace ya algunos años,y donde me llamó profundamente la atención la elegancia y la clase que destilaba la prosa de Don Jose María,y ahora ,al leer esta entrada,me entero de que ha fallecido, mi mas sentido pésame para sus seres queridos,descanse en paz.

Anónimo dijo...

Casualmente he llegado a este portal y he leído con interés la reseña de Noray sobre el profesor Lozano Iruestre y me he sentido identificado con muchos de sus recuerdos que hace sobre él y tentado en completar sus recuerdos con los míos.
Conservo un excelente recuerdo de D José María del que fui alumno de la asignatura Hacienda Pública II, en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense Le recuerdo con respeto y con admiración.
Recuerdo a D José María como un docente cualificado, culto, ameno, seductor, comprensivo, irónico, seguro de si mismo y abierto al contraste de ideas. Disfruté estudiando su asignatura y fue un honor haberle tenido como docente, que considero le califica mejor que como profesor.
Desconocía su fallecimiento por lo que deseo transmitir mi pésame a su familia.

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