AMIGOS

17 diciembre, 2006

FINAL DE UN AÑO------2006





El acontecimiento más importante de este año, para mi familia, ha sido el enlace matrimonial de la menor de mis diez hijos. Recibió el Sacramento en la capilla del colegio del Pilar. Derecho adquirido por ser su padre antiguo alumno del mismo; lo que no quiere decir nada, ya que de él también salieron numerosos y destacados políticos, incluso ministros, de no muy buena catadura, es decir, sociatas, agnósticos y revolucionarios. No pretendo relatar su boda porque, a mi juicio, todas guardan una cierta semejanza y sólo se diferencian por el valor intrínsico propio de cada familia. Con la salvedad claro está, de una mayor o menor ostententación que no incide, por supuesto, en la felicidad de ninguna pareja.

Mi propósito al mencionar este feliz suceso unicamente es el de despedir, con el año 2006,mi concluida función materna. Sé bien que ha de persistir hasta el fin de mis días, incluso aún más allá donde, con ansiedad espero, me salga mejor que en este plano terrenal tan repleto de carencias por mi parte. Pero en adelante todo será mucho más fácil y reconfortante. Yo estoy fuera y nadie se ve obligado a obedecerme ( tampoco es que hasta ahora lo hicieran en exceso), con lo que ese complejo binomio madre-hijos se ha de resolver de forma mucho más amable y llevadera para todos. Es un alivio descubrir que su felicidad no depende de una ecuación de dos incognitas que se resuelve con lo que a mí me parezca bien o mal. Son ellos los que eligen, yo sólo observo y no estoy obligada a aprobar o desaprobar. No quiero decir con esto que me desentienda, eso nunca, el amor y el dolor siguen vivos en mi corazón. Incluso me atrevo a decir que, a medida que avanzo en la vida,esos dos inseparables sentimientos hacia ellos y hacia el resto del mundo.se han adueñado de todo mi existir.
He alcanzado la última fase de aquella oración que ignoro a quien pertenece y que mi hermana bordó a punto de cruz para mí:

Señor:
Concedeme vida para ver crecer a mis hijos.
Paciencia y Sabiduría para enseñarles.
Amor para guardarlos hasta su destino.
Valor para aceptar lo que ellos elijan.

Valor, Señor, valor para un ¡Feliz año 2007!

PD/ El paisaje es el cuadro, Crepúsculo en Venecia, de Monet, que mi hija pidió a su padre como regalo de boda; una copia, ¡se entiende!.

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