AMIGOS

17 octubre, 2008

REGRESO DE SEMANA SANTA


¡Dios mío, Dios mío!. Que idiota es Julio II. Luisa le llamó para felicitarle el día de su santo. Yo no quería ponerme porque ya le había felicitado en la comunión de la mañana, pero al final hablé un poco con él. Dijo que nos llamaría algun día de las vacaciones pero no lo hizo. No quiero ni volver a verle. Es un creído, un tonto, un orgulloso, antipático. ¿Que se habrá creído?. Ni siquiera hoy se ha dignado decirnos adiós. A mí con desprecios, ni hablar. ¡Ay que rabia le tengo!. Virgencita, sólo en vosotros se puede confiar. haz que desaparezca pronto de mi pensamiento, que no me guste como me gusta, que no vuelva a verlo más.

AL DÍA SIGUIENTE.

¡Dios mio!, ¿lo ves, ves como te quiero?. ¿Ves como aunque Julio me gusta estás Tú por encima?. Hoy aunque mi corazón tiraba hacia el paseo, mi voluntad lo dominó y cruzando rápida desde el "cole", me metí en casa y aquí me tienes solicitando tu ayuda para ser mejor de lo que soy.
Madrecita, ya voy dejando de ser una niña, lo noto en el interior y en el exterior de mi cuerpo. A la vez que crece él, crecen en mi sentimientos y deseos, nuevas ilusiones... Antes me parecía tan fácil ser monja y ahora no me creo capaz de abandonar el mundo, todo lo que parece llenar mi vida y sin embargo no la llena... Pero Virgencina, por mucho que la vida vaya pasando, por mucho que el tiempo corra, haz Tú que yo no me olvide de que soy tu Hija. No quiero dejar de ser Militos, me gustaría ser siempre pequeña porque el amor de los pequeños a Vosotros, es siempre más inocente, más desinteresado, más completo. ¿Verdad, Madrecita, que me vas a ayudar?. No me importa que hoy se pare con Luisa, no me importa que pasee con ella y hasta que la diga que le gusta. No me importa porque como yo le quiero bien, sólo deseo su bien y no el mío. Además mi jesús del alma no me abandona nunca y con El me basta para ser feliz.

OTRO DIA
¡Dios mío que mal hacemos en juzgar a las personas. vaya chasco que me he llevado con Julio, pero en el buen sentido. Después de ponerle verde tengo que rectificar letra por letra lo que escribí antes. Es lo mejor que existe, el chico más bueno del mundo. ¡Vaya corazón, vaya ideas!.
Al salir del colegio, en contra de mis propósitos fui a acompañar a mis amigas. El caso es que nos paramos en la esquina y cual no sería mi sorpresa al ver que Julio venía solo. Se paró y nos saludo muy cortesmente. Carmen, como de costumbre se marchó rapidamente. nosotros paseamos un rato. Cuando nos despedíamos de Luisa, vimos que venían Coco y Pedro. Luisa se fue y Julio dijo: "Siento que vengan estos porque quería decirte algo". Yo quedé atontada, ¿Qué querrá decirme?.
LLegamos hasta el buzón los cuatro y charlamos un buen rato. Hasta que Julio dijo:¿No veis que estais molestando? Se lo repitió tres o cuatro veces hasta que calleron ( repito que dejo las faltas y los acentos sin poner como está en los cuadernos) en la cuenta y se fueron.

ACTUAL...2008
Voy a copiar ese primer diálogo que tuvimos los dos solos. Sé que alguien se me va a enfadar pero es totalmente inocente y creo que hace falta escribirlo para dar una idea de lo que parecía que iba a empezar. ¡Al fin !. También declaro que no escribiré ninguno sobre el noviazgo, que también eran inocentes pero más íntimos, aunque los tengo en los cuadernos. En cuanto me despedía de él cogía el bolígrafo ( mi primera pluma me la regaló mi padre cuando entré en la Universidad) y escribía todo palabra por palabra para volver a revivirlo, siempre que me apetecía, es decir, todos los días.
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PRIMERA CONVERSACIÓN
Julio:_Vamos hacia abajo para dar una vuelta.
Militos:_No, fíjate, es tardísimo.
Julio_ Anda, monigote, vamos.
Accedí porque lo estaba deseando.
J_ ¿Por qué te enfadaste aquel día?.
M_Pero si no me enfadé.
J_ Sé sincera y di la verdad.
M_ Es que hay días que ya sabes.
J_ No, es que tú tienes alguna intranquilidad.
M_ Yo, ¡qué va!.
Después de hacerme rogar me decido a decir:
"Es que verás, yo antes de ser Congregante era mucho mejor que ahora".
J_ Pero bueno, ¿en qué sentido?.
M_ Pues en todo, en cosas pequeñas.
J_ Desde luego ten por seguro que la culpa de esa cosas la tenemos nosotros. Sí, porque aunque no lo creais, los chicos al salir con las chicas influimos mucho en ellas y os volvéis más dejadas, más...no sé
Militos permanece muda.
Julio_ Bueno abordando otro tema. ¿Sigues pidiendo por nosotros?
Militos_ Claro, todas las noches y a veces hasta me canso.
J_ Claro, tu pensarás ¿para qué voy a rezar si no se lo merecen?
M_ Ni mucho menos, ¿quieres saber una cosa?, desde el momento en que os conocí no he dejado de pedir por vosotros.
J_ Vaya ya notaba yo que alguien estaba rezando por mí, pues me portaba mejor que antes.
Militos, calladísima.
J_ ¿Comulgas todos los días?
M_ Sí.
J_Pues pide también en la Comunión.
M_ Y vosotros por mí.
J_ En realidad tu no lo necesitas.
M_ Anda que no, lo necesito muchísimo-
J_ No mira, tu podrás necesitarlo porque estás indecisa que camino tomar y eso... pero gracias a Dios no tienes ningun problema moral, porque no, porque tu eres buena, buenísima, porque estás en un colegio donde las monjas tienen mucho gancho.
M_ ¡Que no lo tienen!
J_ Bueno pero os educan bien y tu tienes una educación completa y sabes como comportarte,
Debí poner una cara rarísima porque Julio añadió; ¡Qué cara tienes, Militos eres encantadora. Luego siguió:
Si, no te enfades porque te lo diga pero es que eres encantadora, tienes una cara de buena... Eres incapaz de hacer daño a nadie, por eso vas a sufrir mucho. Tu crees que todas las personas son como tú y no es así. Además tienes mucha confianza con la gente, ¿verdad?.
M_ Que va, si tengo una fama de cerrada...
J_ Pues con nosotros no lo fuiste.
M_ ¿Que no?
J_ ¿O lo fuiste?. Bueno yo creo que sólo se debe tener un amigo que sea de tu misma condición, que tenga tu mismo corazón, por ejemplo: yo
Nos echamos a reir los dos.
J_ No, pero es verdad, a mí me pasa como a tí. Aunque me veas así de loco, tengo un corazón como un castillo.
Militos le mira y no dice nada.
J_ Es que hoy no tengo ganas de hablar y Militos responde: "pues no hables".
J_ Pero es que quisiera hablar mucho pero no me salen las palabras.
Silencio por un rato. Hasta que Julio pregunta: ¿Has faltado a las normas de Congregante?.
M_ No, pero no estoy contenta conmigo.
J_ ¿Te sientes intranquila por salir con chicos?.
M_ Qué no, de verdad que no.
J_ Pero mira de verdad, yo creo que te hacemos daño. Vas a creer que todos somos iguales y nosotros no estamos mal por haber ido al colegio del Pilar, pero los hay peores. Te digo que en los chicos no se puede confíar porque somos bastante malos. Así que ten cuidado con los que salgas,
M_ Tendré cuidado
J_ Bueno has cumplido con las reglas, exceptuando el día del guateque que te remangaste las mangas.
M_ bueno, claro pero sólo hasta el codo.
J_ Además me gustas porque no eres ñoña como otras.
Pausa y silencio.
Julio_ La gente dirá ¿Que haran esos dos que no paran de charlar?, seguro que nos confunden con alguna de esas parejas.
Militos calla y mo comenta nada, pero la procesión va por dentro.
Julio_ De verdad tienes que pedir mucho para que apruebe este año. Para mí es un cargo de conciencia. Militos, es el segundo año que me presento y tengo que aprobar porque mi madre es viuda y se sacrifica por mí.
Militos: claro que aprobarás, ya lo verás.
J_ Si tú lo pides...Lo que no te conceda Dios a tí ¿A quién se lo va a conceder?.
Actual__2008.
No me lo concedió ese año, pero estoy segura que si Julio llega a ingresar entonces en la Escuela Naval, con nuestra amistad recién iniciada, no le hubiese vuelto a ver. ¡Cuanto sabe Dios!
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LLegamos una vez más a la esquina y el apoyado en el farol dijo que pensase bien lo de la vocación. Que era algo decisivo y si uno se equivoca, difícilmente se podrá ser feliz y "tú tienes que serlo". Luego me aconsejó que hablase con un padre carmelita de la Plaza de España, el padre Fulgencio, que es de esos que primero te dan una torta y luego te consuelan y te abrazan.
Pues vaya ánimos pensé yo y debí poner otra cara rara porque volvió a decir: "Pero no me pongas esa cara porque pareces un angel de verdad".
Luego añadió te voy a devolver las dos estampas que te quité porque me vas a estar dando la lata toda la semana y los ángeles también cansan.
Me devolvió una y dijo: ¿Me das esta otra?. Pregunté: ¿Para qué la quieres?.
Julio_ para tener un recuerdo tuyo. La que me diste del día que te hicieron Congregante, me ayuda mucho. Cuando no tengo ganas de estudiar, la miro y parece que me da fuerzas. además es una Virgen que me gusta mucho. Bueno, anda que te estoy haciendo perder el tiempo.
Militos_ Al contrario he ganado mucho.
Julio_ No, si tú no sabes que decir para agradecer las cosas. Muchas veces lo haces con la mirada y te advierto que eso es lo mejor.
LLegamos al portal y volvimos a pasarlo hacía arriba. Habló algo más hasta que dijo:
Bueno te he metido un rollo muy grande, Militos.
Militos: que va, la que te he hecho perder el tiempo he sido yo, ¿Verdad?
Julio: No, de vez en cuando conviene expansionarse y hoy me he llevado una gran alegría. Primero porque sé que que vas a pensar detenidamente ESO (la vocación). Creo que no eres muy valiente y eso de dejarlo pasar no está bien. Aunque creas estar tranquila te deja en el fondo una intranquilidad, de no satisfecha y eso no puede ser. Ojalá estuviera yo en tus condiciones.
Entonces yo pensé pero ¿Este que quiere que me meta monja o que salga con él?
Julio continuo hablando: Y segundo me he alegrado porque sé que pides abundantemente por nosotros.

¡Ah! bueno y antes salió otra conversación que se me olvidaba.
Julio: Eres bastante coqueta, ¿Verdad?.
Militos: Ni hablar.
Julio: Sí, y si no ¿por qué te pintabas al principio de salir con nosotros? . Militos: pero si ya me pintaba antes.
Julio: No, pero hubo dos días que te pintaste más. Yo dije: pues no lo sé. Y él añadió: Si es verdad, pero las chicas debéis de hacer eso para ganaros a los chicos y luego portaros como debéis, como mujeres de verdad.

Al despedirnos me quité el guante y él fiel observador dijo: Gracias, Militos por quitarte el guante. Yo contesté: Gracias a tí por todo lo que me has dicho. "De nada", respondió Julio y yo me metí en el portal de mi casa. Cuando ya iba a entrar me llamó, me volví:¿Qué quieres?. Respondió algo que en otro momento me habría sentado mal: "Que conserves la línea". Ya antes me había dicho que me convenía hacer deporte.
ACTUAL___2008
Reconozco que el uniforme de tablas, las medias gordas y los zapatos bajos no me sentaban nada bien, pero habría que esperar otro año más para parecer más atractiva.








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