Por fuerza tengo que, este treinta de diciembre, parar y escribir algo, a pesar de los agobios que me aguardan.
El se va y no debo dejarle ir de esa manera. No se ha portado bien conmigo porque lo que a ellos les hizo me lo hizo también a mí. pero definitivamente se marcha y quiero mostrarle mi sonrisa. No es mi costumbre aventar rencores, cada uno cargue con su cesta: La mía ya va repleta, sólo queda un huequito para decirle adiós y seguir adelante.
"Año Nuevo, lucha nueva", que recomendaba un santo muy sabio.
¡Feliz 2006!
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