Repasando los recortes de periódicos que he ido acumulando, me ha sorprendido un artículo de Juan Velarde Fuertes (Juanito como mi padre le llamaba) titulado "EL ECONOMISTA DE LA GENERACIÓN DEL 27", publicado en ABC el 28-7-91. Juan Velarde fue, como ya dije en una entrada anterior, profesor de Estructura Económica I y II. ayudante de quien ejercía la cátedra, Jose Luis Sampedro escritor y académico de la Lengua. Dicho artículo se refiere a Don Valentín Andrés Álvarez. La relectura de esas líneas me ha sugerido la idea de iniciar en Noray una serie, sobre algunos de los brillantes e insignes profesores que ilustraron nuestro paso por la Facultad de ciencias Políticas y Económicas. A los que, en plena inconsciencia juvenil, apenas valorábamos. Y de los que con el paso de los años hemos ido percatándonos de su alcance y transcendencia; sobre todo en el ámbito político, económico y social de la vida española.
Lo cierto es que las clases de Economía de Don Valentín, como todos le llamábamos, una vez superada la criba de Castañeda, eran para nosotros como una sedación. Sus pasos, acompasados y rítmicos a lo largo de la tarima, elevada unos centímetros sobre el resto del aula, mientras explicaba la asignatura, resultaban un tanto extraños al compararlos con la rigidez y seriedad de la mayoría del profesorado. Sin embargo, la clase se mostraba receptiva y atenta por demás. Intuíamos de alguna manera que aquella persona, menuda e inquieta, almacenaba un bagaje ciertamente misterioso y polifacético que nunca mencionaba. Su buen humor, el trato amable y atento con el alumnado, nos resarcía con creces de su antónimo, catedrático ya mencionado. Sí que se podía advertir sus vastos conocimientos intelectuales, no sólo en el mundo de la Economía, sino también en otros ámbitos que causaban algo de sorpresa, tales como música o literatura. No dudo que mis compañeros, una vez abierto para ellos el campo profesional descubrirían sus múltiples facetas pero la que suscribe, embarcada de lleno en la vida matrimonial y materna, circunscrita al reducido mundo de lo que por entonces era un pequeño pueblo (San Fernando, Cádiz) nunca volvió a tener noticia de Don Valentín.
Por eso los datos tomados del artículo del ABC me sorprendieron en su día y hoy me han llevado a mencionarlos, en un arranque de desagravio personal a tan insigne profesor.
Cuenta Velarde de este joven español titular de dos carreras, Farmacia y Ciencias Fisico-Matemáticas, que trabajaba en el Laboratorio de Investigaciones Físicas de Blas Cabrera, colaboraba en la célebre cátedra de Metafísica de Ortega y por consejo de Garcia Morente impartía clases de Física y Matemáticas; al mismo tiempo un buen literato de la generación del 27. A la que contribuyó con novelas Sentimental Dancing) obras de teatro, poesia (Reflejos) y algún musical (Pim-pam-pum)...Se embarca en la aventura parisina en el año 1919, para especializarse en Mecánica Celeste. Allí, entre otras experiencias y estudios se transforma en experto bailarín de tangos. Hecho éste que viene a explicar sus gráciles paseos por la tarima.
Y una se pregunta ¿cómo este portento de la naturaleza, amigo de Lorca y de Damaso Alonso culmina sus días, desde los cincuenta y un años, de catedrático en la facultad de Económicas; ejerciendo como tal en Madrid y Oviedo?. Simplemente fue el flechazo de un libro: Manual de Economía Política de Vilfredo Pareto lo que trastocó todos sus planes. Dedicándose en adelante al estudio de esta nueva ciencia.Investigando en todas las escuelas existentes( Lausana, Neoclásicos, Círculo de Friburgo...) y recalando desde 1943-44, al crearse la facultad de Ciencias Políticas y Económicas de Madrid, en nuestro querido y viejo Caserón de San Bernardo, donde enseñó que "el gobierno debe abstenerse de intervenir directamente en los procesos de mercado pero debe modificar el orden económico para garantizar los principios constituyentes de Mercado". y que segun otro de los catedráticos, Manuel Torres: "sus trabajos fueron decisivos para que nuestra política económica no fuese, como el tejido de Penélope, un continuo tejer y destejer". ¿Qué pensará hoy, si nos contempla desde algún lugar celeste, de la actual economía socialista?, tejer y destejer.
Este insigne asturiano es objeto de una gran veneración en aquellas tierras donde nació (Grado, o Grau en lenguaje bable). Una Asociación Cultural lleva su nombre, así como una calle de la ciudad de Oviedo. Convocándose periodicamente un concurso internacional de cuentos (ya el XVII) bautizado: Valentín Andrés Álvarez.
Mi modesto homenaje a este catedrático, fallecido en 1982, que pasó por la Universidad sin haber dejado huella traumática en sus alumnos, por el contrario, con esa sensación de roce amable con que pasa a tu lado la sabiduría cuando enseña sin apabullar.
1 comentario:
Me ha gustado mucho tu artículo Militos. Sigue contándonos tus ex-
periencias de tu paso por la universidad.Son muy interesantes
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