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04 mayo, 2007

CHIKI------II

Escalera en la actualidad
MIS DOS "PROFE" DE MATEMÁTICAS

Incorporarme a Económicas supuso para mí un esfuerzo considerable, sobre todo intelectual ya que, a partir del cuarto curso de Bachillerato, abandoné las Matemáticas por las que nunca tuve predilección alguna.Sin embargo, Latín y Griego ¡qué atrayentes!.
Mi padre intentó suplir esa carencia con unas clases particulares que en principio, recibía de mi hermano Goyo pero que no tardaría en sustituir por Jose Antonio Ercilla, amigo y compañero de ingeniería de Minas.Más tarde, éste pasaría a ser de la familia al casarse con mi prima Sara (la mujer más guapa de Madrid, según un camarero de Hontanares). El cambio de profesor fue propiciado por los gritos y amenazas del primero ante mi supina ignorancia. Jose Antonio, ¡qué paciencia!.

Debo confesar que nunca me arrepentí de estudiar esa carrera. No sólo porque gracias a mi padre pude terminarla, sino porque centró mi cabeza. Siempre la tuve algo volátil y dada a elucubraciones. No quiero pensar lo que hubiera hecho de mí la pura Filosofía. Sin duda, es algo más a agradecer a mi padre. Siempre mi padre, prestándome su apoyo en todas las ocasiones y de esa manera tan suya que, casi, casi, los méritos parecían propios. Una sóla vez me defraudó en la vida. Cuando al fín obtuve el título universitario le pedí me proporcionara algun trabajo, como había hecho con mis hermanas, y su respuesta me dejó atónita:

_Tienes muchos hijos y no puedes trabajar fuera de casa.

¿A qué entonces tanto empeño en que terminara la carrera?. Tardé años en comprenderlo. Exactamente al comprobar el estado mental, sin menospreciar a nadie, de las mujeres que no tuvieron la suerte de un padre como el mío. Su intención fundamental era que sus hijas no nos privásemos de ese desarrollo intelectual, que habría de servirnos para encarar la vida con parámetros diferentes a los habituales en el mundo femenino de la época. Lo de menos era el ejercicio profesional. A este respecto, evoco las críticas de algunos de mis compañeros (ridícula minoría). Su opinión era la de que nos casaríamos y no produciríamos a la sociedad ni lo equivalente, en términos económicos, al coste de un puesto universitario. Cuando miro a mis hijos tengo la certeza moral de haber demostrado lo erróneo de dicha teoría.
Aquella mañana de Octubre, Pilar Dobao (la "empollona" del colegio), a cuyo padre le sucedía algo parecido al nuestro respecto a los estudios femeninos (tenía él la única academia de preparación al ingreso de Ingeniería de Telecomunicación; habiendo engendrado únicamente cuatro hijas de privilegiado cerebro) y yo, apoyándonos mutuamente, enfrentamos con timidez la imponente puerta del antiguo caserón de San Bernardo.A mí me pareció que chirriaba, del conocimiento y saber acumulados tras ella.Atravesar aquel umbral y abrirse para nosotras un horizonte amplio y despejado fue suficiente para descargar algunos prejuicios y reserva, en parte obra de las monjas y en parte de la época que vivíamos. Ascender la interminable escalera que daba paso a las aulas suponía un buen ejercicio de humildad, al comparar nuestros tímidos pasos con las huellas ilustres, de alumnos y catedráticos, que nos precedieron: Ortega y Gasset, Sánchez Albornoz, Ridruejo, Fraga, Royo Marín, Fuentes Quintana..., sin duda impregnadas en la madera crujiente de escalones y aulas.

Generalmente las chicas, que éramos diez o doce redondeando al alza mientras los chicos parecían miriadas, solíamos instalarnos todas juntas en las dos primeras filas de los bancos corridos. A medida que perdíamos el miedo, ascendíamos escalones y no teníamos reparo en desperdigarnos entre los chicos Por si no fuera suficiente esta falta absoluta de paridad, existía la costumbre de que los veteranos pasaran revista a la cantidad y calidad del alumnado femenino, asomando sus impúdicas miradas por las puertas del aula. No tardamos en formar pandilla, de la que recuerdo vagamente algunos nombres: Maruja, Pilar, Mª Jesús...Gonzalo. Marcelino - gallego que trajo a Pilar por la calle de la amargura hasta que se casó con él- Chiki y alguno más.

2 comentarios:

Zoa dijo...

En primer darte las gracias por haber utilizado la foto del Noray encabezando tu magnífico blog.
Y es realmente magnífico porque tiene una narrativa tan fantástica que hace que te metas en la historia como si la estuvieras viviendo. No dejes de escribir porque tienes verdadera madera de escritora.

Saludos.

Militos dijo...

Zoa que alegría verte por aquí. Gracias por lo que me dices. Me he pasado la vida escribiendo desde el primer 10 en redacción, en el "cole". Pero es ahora cuando tengo algo más de tiempo. Y gracias a este mundo de blogger puedo explayarme a mi gusto.
Seguramente tendré que recurrir más veces a tus maravillosas fotografías.
Saludos

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